viernes, 13 de noviembre de 2015

Nektaria Karantzi nos introduce en el canto bizantino

 
Dentro de las actividades del XI Ciclo de Música Sacra ‘Maestro de la Roza’ destaca con brillo propio la presencia de Nektaria Karantzi, cantante griega especializada en música bizantina. Al margen de su recital (viernes, 13), interesa aquí destacar su clase magistral del jueves, 12 de noviembre, en el Seminario de Musicología ‘Emilio Casares’ de la Facultad de Filosofía y Letras de La Universidad de Oviedo.
Para la perfecta organización del acto los jóvenes de la Escolanía San Salvador, comandados por la organista Elisa García Martínez y su presidente, Ignacio Rico Suárez, prepararon y entregaron a los asistentes unas carpetas con el material didáctico correspondiente.
La Dra. María Sanhuesa, profesora de Ciencias de la Música de la Unversidad de Oviedo, presentó a la ponente con una bien trazada semblanza, breve y al tiempo muy completa.
Aunque su trayectoria es conocida, cabe recordar que Karantzi empezó a cantar desde niña, que se graduó en canto bizantino y que ha recorrido muchos países y grabado discos interpretando repertorio popular y bizantino, compatibilizando estas actividades con clases magistrales en universidades y centros prestigiosos (como La Sorbona o la Academia Franz Liszt de Hungría). Por eso, como muy bien decía la profesora Sanhuesa, su presencia en la Universidad de Oviedo es un privilegio y todo un honor.   
Un nutrido y atento grupo de asistentes, procedentes de ámbitos diversos (musicólogos, filólogos, músicos…) siguió las explicaciones de la cantante, ilustradas con una serie de ejemplos que ella misma interpretaba. Por cierto, escuchar esas melodías, con sus cromatismos, adornos  y sutiles inflexiones de la voz —que nos liberan, aunque sea temporalmente, del sistema temperado  de las escalas occidentales— resulta como un soplo de aire fresco para nuestros oídos.
Comenzó Nektaria Karantzi aludiendo a la herencia recibida por el canto bizantino de la Grecia clásica, que afecta incluso a cuestiones de disposición de los cantores en el interior del templo relacionadas con los usos del antiguo teatro griego.
Tras explicar brevemente el mecanismo de la notación bizantina (que no lleva líneas a modo de pauta, pero que no por ello es adiastemática actualmente) procedió a introducirnos en el sistema general del octoekos, con sus modos auténticos y plagales (terminología que pasó al canto gregoriano, como se sabe), enriquecidos no sólo con sus diversas variantes sino, sobre todo, con la cuestión de los géneros, a saber, el diatónico, el cromático y el enharmónico. Esta denominación procede de la teoría de la Grecia clásica, naturalmente, pero hay diferencias en diversos puntos. La cantante cantó con hermosa voz pasajes de piezas en distintos modos y géneros. Nos llamó la atención el contexto festivo en que suele usarse el género enharmónico, por ejemplo en bodas y bautizos, con un sabor casi popular en ocasiones.
Los modos bizantinos están asociados a un valor moral, retomando así la vieja teoría del ethos de tradición platónica. Parece que a este elemento se le da mucha importancia en la música bizantina, hasta el punto de que se cuidan mucho, por ejemplo, de asignar ciertos modos caracterizados por su solemnidad a los textos que tengan carácter dogmático, como es el caso del “Credo”.
También aludió Nektaria Karantzi a la pervivencia, en ciertas zonas de Grecia, de procedimientos propios del canto bizantino en la música de tradición oral.
Sin duda ninguna esta clase no pretendía ir más allá de una simple introducción, pero lo cierto es que resultó fascinante por el mundo sonoro al que nos invita y por la propia manera, serena, cordial y cercana, con que Nektaria Karantzi nos lo fue fue abriendo.
La cantante griega recibió largos y cálidos aplausos al acabar su intervención y el ulterior coloquio. Y también los hubo para el traductor (pues la artista habló en griego), el profesor Ramsés Fernández, que lo hizo para nota.

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