jueves, 17 de noviembre de 2016

Inventos musicales en España (1)


¿Acaso el unamuniano “que inventen ellos” vale también para la música en España? La respuesta es negativa. Existe una historia de los inventos musicales que se extiende, en España, desde el siglo XVI, o quizá antes, hasta nuestros días.
En efecto, la renovada inquietud por el conocimiento, que es consustancial al espíritu renacentista, permitió la aparición de nuevos ingenios y mecanismos capaces de multiplicar las fuerzas humanas. Los intereses que había detrás de esas búsquedas eran muchas veces dependientes de la política y, en muchos casos, estaban ideados con fines bélicos.
Por eso, la palabra secreto es la que se usa en España para referirse a un invento. Un inventor, pongamos por caso, presentaba al rey un ingenio hidráulico o militar expresamente como un secreto. Y es que, como invento estratégico que era, había de estar protegido, no desvelado a las potencias enemigas, secreto, como podemos comprobar en el ameno trabajo de Nicolás García Tapia Patentes de invención españolas en el Siglo de Oro. Madrid, 1990).
De lo anterior se deduce la necesidad que los inventores tuvieron y tienen de proteger sus inventos. Hoy lo hacen beneficiándose del sistema de patentes, pero en la Edad Moderna lo conseguían mediante las reales cédulas de privilegio, que era el nombre más usual.
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Sigamos con otras ideas corrientes respecto a los inventos. Un párrafo de Carlos Gómez Amat, heredero a su vez de una larga tradición musicológica, reza así:
“Un constructor de pianos, del que sólo nos ha quedado su apellido Fernández y la inicial F, presentó en 1827 un instrumento de su invención para afinar los pianos. Esta curiosidad fue señalada por Soriano Fuertes y recogida por Mitjana. El aparato se llamaba ‘cromámetro’. Parece ser la única aportación española a la mecánica musical, con el perfeccionamiento del clarinete que se debe a Antonio Romero" (Historia de la música española. Siglo XIX. Madrid, 1984, p. 256).
Dejando a un lado el caso, más conocido, del clarinete Romero, anotemos que este aparentemente misterioso F. no es sino Francisco Fernández, asturiano, afamado constructor de pianos que desarrolló su trabajo en Madrid, que trabajó para la Corte y, a nuestro modo de ver, figura interesantísima, (como se deduce de las investigaciones de Cristina Bordas, en el Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana), que luchó, entre otras cosas, por el auge de la industria nacional en este campo con presupuestos que no pueden ocultar su filiación ilustrada.
Según Gómez Amat, el siglo XIX no registraría más de dos aportaciones tecnológico-musicales. Sin embargo, sólo los datos referidos a la etapa 1826-1878 (que hemos estudiado años atrás) aportan un total de 26 inventos. A éstos hay que añadir los numerosos inventos que se registran, en progresión creciente sobre la etapa anterior, de 1878 a 1900, ya bajo la rúbrica de patentas; y, en fin, los que pudiera haber de 1800 a 1826.
Además, no todos los inventos se patentaban. Y, para completar la casuística, algunos inventos de autoría española eran patentados fuera de nuestras fronteras por razones diversas. También es verdad que hay inventos extranjeros que se registran en España, para proteger sus derechos de venta y distribución, pero ello no afecta a la valoración realizamos sobre el asunto.
O sea que entre ese único caso aislado del que habla Gómez Amat y las varias docenas de inventos registrados en el siglo XIX hay un abismo, no sólo cuantitativo (lo que es evidente) sino cualitativo pues retrata una actividad y unas preocupaciones en un campo (el de los inventos de cualquier tipo) que siempre pensamos que ha de venirnos de fuera.
Para concluir esta primera entrada de la serie, insertamos por orden cronológico  los datos de los 10 primeros privilegios de invención del período 1826-1878:

Fernández, Francisco: mecanismo nuevo para fabricar pianos. 10 de julio de 1828. Nº de Priv.: 601

La Cabra, Julián: método para construir pianos, mecanismo enteramente desconocido. 8 de agosto de 1831. Nº de Priv.: 78

Obrador, Juan: órgano. 17 de abril de 1839. Nº de Priv.: ultramar 41

Boisselot, Luis & Cia.: nuevo sistema de cuerdas de piano, llamadas planicordias que producen sonido mayor y más agradable etc. 30 de junio de 1849. Nº de Priv.: 454

Beaubrenf, Augusto: instrumentos musicales de metal. 14 de julio de 1852. Nº de Priv.: 954

Dobranich, Damián: nueva clase de guitarra, que contiene además de las 6 cuerdas comunes, 9 de cítara e interiormente 48 de acero (teclado). 15 de mayo de 1854. Nº de Priv.: 1170

Amezúa, Juan: mecanismo que hace pasar a un órgano del tono de capilla al de orquesta y viceversa. 9 de mayo de 1854. Nº de Priv.: 1185

Martín, Casimiro: clarín bitono instantáneo. 26 de marzo de 1856. Nº de Priv.: 1404

Ramis, José: corneta para el uso del arma de infantería. 15 de agosto de 1856. Nº de Priv.: 1465

Taberner, Pedro & Cruela, José María": piano transportador hasta 5 semitonos en escala ascendente y descendente. 9 de septiembre de 1856. Nº de Priv.: 1484

Referencia:
Seleccionado y adaptado de Ángel Medina. “Inventos musicales en España. La etapa de los privilegios de invención (1826-1878)”. Sulcum sevit: estudios en homenaje a Eloy Benito Ruano. pp. 917 - 937. Pviedo,  Universidad de Oviedo, Facultad de Filosofía y Letras, 2004.

Ilustración:
Fragmento de un pito de toques inventado por  Marzo y Feo. Oficina Española de Patentes y Marcas. Publicado completo en el artículo antes citado.

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